Un relato navideño
Llegó navidad, ésta vez mi regalo fue un título, y al igual que el año pasado, hubo que festejar, dejar de lado el stress y las preocupaciones y salir con un sólo objetivo, usar la excusa de que es navidad para festejar!Más tarde y lo cuento para que quede constancia de que no fui el más deshecho, salimos con el arameo a fumar un cigarrito mientras liquidábamos unas cervezas más... pero después de terminar con todo, el portero no nos quería dejar entrar, a pesar de que progresivamente le fui mostrando el sello cada vez más cerca, hasta que casi le metí el dedo en un ojo... pero el tipo me explicó que en realidad el problema era que el arameo estaba muy pasado... y yo creo que puede haber sido verdad... aquí está la evidencia.
Más tarde aún, bueno en realidad podría decir muy temprano a la mañana, decidimos ir a comprar algo para comer y unos cigarrillos porque ya todos habíamos terminado nuestras reservas... así que de camino fuimos bobeando... hasta que encontramos una buena cantidad de difuntos navideños... y no pude aguantar la tentación de pedir que me tomaran unas fotografías con éstas criaturas tan tradicionales. (1, 2, 3, 4).
En conclusión, la noche fue muy buena, nos divertimos muchísimo, (al menos yo), y por suerte nos pudimos manejar para enfrentar la ley seca de la noche.
Gracias Lorena por las fotos y videos... salvaste este post!
El viernes pasado, en una recorrida de blogs me encontré con el nuevo blog de
Los que me conocen saben que no soy el fan número uno de Bill y sus secuaces, pero esta vez me han dado pié para que pueda publicar algo contra Microsoft y de primera mano.















