
Llegó navidad, ésta vez mi regalo fue
un título, y al igual que
el año pasado, hubo que festejar, dejar de lado el stress y las preocupaciones y salir con un sólo objetivo, usar la excusa de que es navidad para festejar!
Este año todo fue bastante bien, hasta tranquilo podría decirse, primero unos tragos para empezar con el típico entrevero navideño familiar, luego la cena, luego otros tragos y por último lo que espero tan ansioso como esperaba a Papá Noel hace unos años... salir, encontrarme con amigos, conocer gente y disfrutar la excusa de navidad hasta bien entrado el día.
Para resumir un poco, todo empezó en la rambla, donde vodka en mano empezamos el festejo de una noche que lentamente se fue alegrando, hasta el momento en que nos enteramos que no había lugares donde recargar los vasos. No se de que nueva "ley" se trate, pero no habían estaciones de servicio, 24 horas... nada, sólo boliches... y no muchos tampoco!
Así fue que después de entrar a la pre-inauguración
de un boliche cuya carta de tragos tenía tragos comunes a precios nada comunes, optamos por ir al Pony... y como muchos dicen por ahí, "es lo que hay".
Tras horas de tragos y tragos y música y tragos y tragos, se pudo ver a través de una ventana que afuera estaba sucediendo la ya tradicional
pelea navideña... y lo mejor de todo es que esta vez yo estaba lejos!
Más tarde y lo cuento para que quede constancia de que no fui el más deshecho, salimos con el arameo a fumar un cigarrito mientras liquidábamos unas cervezas más... pero después de terminar con todo, el portero no nos quería dejar entrar, a pesar de que progresivamente le fui mostrando el sello cada vez más cerca, hasta que casi le metí el dedo en un ojo... pero el tipo me explicó que en realidad el problema era que el arameo estaba muy pasado... y yo creo que puede haber sido verdad...
aquí está la evidencia.
Más tarde aún, bueno en realidad podría decir muy temprano a la mañana, decidimos ir a comprar algo para comer y unos cigarrillos porque ya todos habíamos terminado nuestras reservas... así que de camino
fuimos bobeando... hasta que encontramos una buena cantidad de difuntos navideños... y no pude aguantar la tentación de pedir que me tomaran unas fotografías con éstas criaturas tan tradicionales. (
1,
2,
3,
4).
En conclusión, la noche fue muy buena, nos divertimos muchísimo, (al menos yo), y por suerte nos pudimos manejar para enfrentar la ley seca de la noche.
Gracias Lorena por las fotos y
videos... salvaste este post!